♥Identifica tu tipo de piel y encuentra los consejos de un buen cuidado.
Introducción
Alguna vez te has preguntado sobre tu tipo piel? ¿O porque tu piel tiene ese tono?
Hoy en este artículo quiero hablarte sobre la piel, sus características, los diferentes tipos de piel, cómo puedes identificar tu tipo de piel y cómo tratarla usando los productos de Natura, Belcorp y Avon. Espero que este artículo te sea útil y que aprendas algo nuevo conmigo.
¿Qué es la piel?
La piel es el órgano más grande y más visible de nuestro cuerpo. La piel cumple varias funciones vitales, como protegernos de las agresiones externas, regular nuestra temperatura corporal, eliminar las toxinas a través del sudor, sintetizar la vitamina D y percibir las sensaciones táctiles. La piel está formada por tres capas principales: la epidermis, la dermis y la hipodermis. Cada capa tiene una estructura y una función específica.
– La epidermis es la capa más externa de la piel. Está formada por células llamadas queratinocitos, que se renuevan constantemente desde la capa basal hasta la capa córnea. La epidermis tiene una función protectora y defensiva, ya que impide la entrada de microorganismos, sustancias químicas o radiaciones nocivas. La epidermis también contiene melanocitos, que son las células que producen el pigmento llamado melanina, que determina el color de nuestra piel y nos protege del sol.
– La dermis es la capa intermedia de la piel. Está formada por tejido conectivo, que contiene fibras de colágeno y elastina, que le dan resistencia y elasticidad a la piel. La dermis también contiene vasos sanguíneos, nervios, glándulas sudoríparas, glándulas sebáceas y folículos pilosos. La dermis tiene una función nutritiva y sensorial, ya que aporta oxígeno y nutrientes a la epidermis, y transmite las sensaciones de calor, frío, dolor o placer.
– La hipodermis es la capa más profunda de la piel. Está formada por tejido adiposo, que contiene células llamadas adipocitos, que almacenan grasa. La hipodermis tiene una función térmica y mecánica, ya que aísla el cuerpo del frío o del calor, y amortigua los golpes o las presiones.
¿Cuáles son las características de la piel?
La piel tiene varias características que debemos conocer para poder cuidarla adecuadamente. Algunas de estas características son:
Tipo: se refiere a la cantidad y calidad del sebo que produce nuestra piel. El sebo es una sustancia grasa que lubrica e impermeabiliza nuestra piel. Según este criterio, podemos distinguir entre cuatro tipos de piel: seca, normal, mixta o grasa.
– Piel seca: es aquella que produce poco o nada de sebo. La piel seca tiene un aspecto áspero, opaco y tirante. La piel seca puede ser causada por factores genéticos, ambientales o hormonales. La piel seca necesita productos hidratantes y nutritivos que le aporten agua y lípidos.
– Piel normal: es aquella que produce una cantidad equilibrada de sebo. La piel normal tiene un aspecto suave, liso y luminoso. La piel normal es el tipo ideal de piel, pero no es muy común. La piel normal necesita productos limpiadores e hidratantes que mantengan su equilibrio natural.
– Piel mixta: es aquella que produce una cantidad variable de sebo según las zonas del rostro. La piel mixta tiene un aspecto brillante en la zona T (frente, nariz y barbilla) y un aspecto normal o seco en el resto del rostro. La piel mixta puede ser causada por factores genéticos o ambientales. La piel mixta necesita productos específicos para cada zona del rostro que regulen la producción de sebo.
– Piel grasa: es aquella que produce una cantidad excesiva de sebo. La piel grasa tiene un aspecto brillante, grueso y con poros dilatados. La piel grasa puede ser causada por factores genéticos, hormonales o alimenticios. La piel grasa necesita productos limpiadores y matificantes que eliminen el exceso de grasa y prevengan las imperfecciones.
Tono: se refiere al color o pigmentación de nuestra piel. El color de nuestra piel depende de la cantidad y el tipo de melanina que producen los melanocitos. La melanina es el pigmento que nos protege del sol y nos da el bronceado. Según este criterio, podemos distinguir entre tres tonos de piel: claro, medio u oscuro.
– Piel clara: es aquella que produce poca o nada de melanina. La piel clara tiene un aspecto pálido, rosado o rojizo. La piel clara es más frecuente en las personas de origen europeo o asiático. La piel clara es muy sensible al sol y se quema con facilidad. La piel clara necesita productos con un alto factor de protección solar y con ingredientes calmantes y antioxidantes que prevengan el envejecimiento prematuro.
– Piel media: es aquella que produce una cantidad moderada de melanina. La piel media tiene un aspecto beige, dorado o aceitunado. La piel media es más frecuente en las personas de origen mediterráneo, latino o árabe. La piel media es menos sensible al sol y se broncea con facilidad. La piel media necesita productos con un factor de protección solar adecuado y con ingredientes hidratantes y regeneradores que mantengan su luminosidad.
– Piel oscura: es aquella que produce una cantidad elevada de melanina. La piel oscura tiene un aspecto marrón, cobrizo o negro. La piel oscura es más frecuente en las personas de origen africano, indio o aborigen. La piel oscura es muy resistente al sol y se broncea con intensidad. La piel oscura necesita productos con un factor de protección solar bajo y con ingredientes despigmentantes y exfoliantes que prevengan las manchas y las asperezas.
– Textura: se refiere al aspecto o tacto de nuestra piel. La textura de nuestra piel depende del grosor, la elasticidad y la firmeza de nuestra piel. Estos factores pueden variar según la edad, el estilo de vida o el estado de salud. Según este criterio, podemos distinguir entre tres texturas de piel: lisa, rugosa o irregular.
– Piel lisa: es aquella que tiene una superficie uniforme, sin arrugas, poros, granos ni cicatrices. La piel lisa tiene un aspecto suave, terso y juvenil. La piel lisa es el tipo ideal de piel, pero no es muy común. La piel lisa necesita productos limpiadores e hidratantes que mantengan su equilibrio natural.
– Piel rugosa: es aquella que tiene una superficie con arrugas, pliegues o surcos. La piel rugosa tiene un aspecto áspero, deshidratado y envejecido. La piel rugosa puede ser causada por factores genéticos, ambientales o emocionales. La piel rugosa necesita productos nutritivos y reafirmantes que le aporten colágeno y elastina.
– Piel irregular: es aquella que tiene una superficie con poros dilatados, granos, manchas o cicatrices. La piel irregular tiene un aspecto graso, opaco y con imperfecciones. La piel irregular puede ser causada por factores hormonales, alimenticios o infecciosos. La piel irregular necesita productos exfoliantes y despigmentantes que le aporten ácidos frutales y vitamina C.
Estado: se refiere a las condiciones o circunstancias que afectan a nuestra piel. El estado de nuestra piel puede variar según el momento del día, la estación del año, el clima o el estado de ánimo. Según este criterio, podemos distinguir entre cinco estados de piel: sana, sensible, deshidratada, madura o problemática.
– Piel sana: es aquella que tiene un funcionamiento normal y equilibrado. La piel sana tiene un aspecto limpio, hidratado, protegido y nutrido. La piel sana es el estado ideal de la piel, pero no siempre se mantiene así. La piel sana necesita productos limpiadores e hidratantes que mantengan su equilibrio natural.
– Piel sensible: es aquella que tiene una reacción exagerada ante estímulos externos o internos. La piel sensible tiene un aspecto rojo, irritado o inflamado. La piel sensible puede ser causada por factores genéticos, ambientales o emocionales. La piel sensiblenecesita productos calmantes y reparadores que le aporten ingredientes naturales y antiinflamatorios.
– Piel deshidratada: es aquella que tiene una falta de agua en la epidermis. La piel deshidratada tiene un aspecto seco, áspero y apagado. La piel deshidratada puede ser causada por factores ambientales, alimenticios o emocionales. La piel deshidratada necesita productos hidratantes y humectantes que le aporten agua y glicerina.
– Piel madura: es aquella que tiene un envejecimiento natural o prematuro. La piel madura tiene un aspecto arrugado, flácido y manchado. La piel madura puede ser causada por factores genéticos, ambientales o hormonales. La piel madura necesita productos nutritivos y reafirmantes que le aporten colágeno, elastina y ácido hialurónico.
– Piel problemática: es aquella que tiene una alteración o una afección específica. La piel problemática tiene un aspecto graso, inflamado o infectado. La piel problemática puede ser causada por factores hormonales, infecciosos o alérgicos. La piel problemática necesita productos específicos y tratamientos médicos que le aporten antibióticos, antifúngicos o antihistamínicos.
¿Cómo identificar tu tipo de piel?
Para identificar tu tipo de piel, puedes realizar un test sencillo que consiste en observar tu rostro al despertar, sin haber aplicado ningún producto ni haber lavado tu cara. Según el aspecto que tenga tu piel, puedes clasificarla en uno de los cuatro tipos: seca, normal, mixta o grasa.
– Si tu piel tiene un aspecto áspero, opaco y tirante, y se nota una sensación de incomodidad o picor, tu tipo de piel es seca.
– Si tu piel tiene un aspecto suave, liso y luminoso, y no se nota ninguna sensación de incomodidad o brillo, tu tipo de piel es normal.
– Si tu piel tiene un aspecto brillante en la zona T (frente, nariz y barbilla) y un aspecto normal o seco en el resto del rostro, tu tipo de piel es mixta.
– Si tu piel tiene un aspecto brillante en todo el rostro y se nota una sensación de grasa o suciedad, tu tipo de piel es grasa.
¿Cómo tratar tu tipo de piel con los productos de Natura, Belcorp y Avon?
Para tratar tu tipo de piel con los productos de Natura, Belcorp y Avon, debes seguir una rutina básica de cuidado corporal que consiste en cuatro pasos: limpieza, tonificación, hidratación y protección. Estos pasos se deben realizar dos veces al día, por la mañana y por la noche, con productos adecuados a tu tipo de piel. Estos son algunos ejemplos de productos que puedes usar según tu tipo de piel:
– Para la limpieza: puedes usar el jabón líquido limpiador facial de Natura Chronos para todo tipo de pieles, que limpia la piel sin resecarla y ayuda a controlar el exceso de grasa. Está formulado con betaína de cupuaçu, un activo que hidrata y suaviza la piel, y extracto de moringa, que purifica la piel y elimina las impurezas. Lo puedes usar por la mañana y por la noche, aplicando una pequeña cantidad sobre el rostro húmedo y masajeando suavemente. Luego enjuaga con agua tibia y seca con una toalla suave.
– Para la tonificación: puedes usar el tónico facial hidratante de Avon Care para todo tipo de pieles, que restaura el pH natural de la piel y la prepara para los siguientes pasos. Está formulado con aloe vera y pepino, que hidratan y refrescan la piel, y glicerina, que ayuda a retener la humedad. Lo puedes usar después de cada limpieza, aplicando unas gotas sobre un algodón y pasándolo suavemente por el rostro. No necesita enjuague.
– Para la hidratación: puedes usar el gel crema hidratante antiseñales FPS 30 de Natura Chronos para pieles normales a mixtas, que hidrata la piel por 24 horas y previene los signos del envejecimiento. Está formulado con ácido hialurónico-BT, que rellena las arrugas y mejora la firmeza de la piel, y complejo antioxidante exclusivo, que protege la piel del daño causado por los radicales libres. Lo puedes usar después de cada tonificación, aplicando una pequeña cantidad sobre el rostro y el cuello con movimientos ascendentes. Tiene factor de protección solar 30, por lo que también te protege de los rayos UV.
– Para la protección: puedes usar el protector solar facial FPS 50+ de L’Bel UV Defense 360° para todo tipo de pieles, que protege la piel de los rayos UVA, UVB e infrarrojos. Está formulado con filtros solares fotoestables, que garantizan una protección duradera y eficaz, y extracto de té verde, que tiene propiedades antioxidantes y calmantes. Lo puedes usar antes de salir de casa, aplicando una cantidad generosa sobre el rostro y el cuello con movimientos circulares. Tiene una textura ligera y no deja sensación grasosa ni blanquecina en la piel.
Además de estos pasos básicos, puedes recurrir a otros productos específicos para tratar las necesidades particulares de tu tipo de piel. Estos son algunos ejemplos de productos que puedes usar según tu tipo de piel:
– Para la piel seca: puedes usar la crema nutritiva facial intensiva de Avon Nutra Effects Miracle Glow, que nutre la piel y le da un aspecto radiante. Está formulada con aceites naturales de argán, marula, babasú y almendras dulces, que aportan ácidos grasos esenciales, vitaminas y antioxidantes a la piel. La puedes usar por la noche, antes de acostarte, aplicando unas gotas sobre el rostro limpio y masajeando suavemente hasta su absorción. Tiene una textura sedosa y no deja sensación pegajosa ni pesada en la piel.
– Para la piel normal: puedes usar el sérum facial concentrado antiseñales FPS 25 de Natura Chronos, que hidrata la piel por 24 horas y previene los signos del envejecimiento. Está formulado con ácido hialurónico-BT, que rellena las arrugas y mejora la firmeza de la piel, y complejo antioxidante exclusivo, que protege la piel del daño causado por los radicales libres. Lo puedes usar después de cada tonificación, aplicando unas gotas sobre el rostro y el cuello con movimientos ascendentes. Tiene factor de protección solar 25, por lo que también te protege de los rayos UV.
– Para la piel mixta: puedes usar el gel matificante facial control brillo FPS 15 de L’Bel Essential, que hidrata la piel y controla el exceso de grasa. Está formulado con extracto de loto blanco, que tiene propiedades astringentes y purificantes, y polvos matificantes, que absorben el brillo y dan un aspecto mate a la piel. Lo puedes usar después de cada tonificación, aplicando una pequeña cantidad sobre el rostro y el cuello con movimientos ascendentes. Tiene factor de protección solar 15, por lo que también te protege de los rayos UV.
– Para la piel grasa: puedes usar el gel control imperfecciones de CeraVe, que trata y previene los brotes de acné y reduce los puntos negros y los poros. Está formulado con ácido salicílico, que exfolia y limpia los poros, y ceramidas, que restauran la barrera protectora de la piel. Lo puedes usar después de la limpieza, aplicando una pequeña cantidad sobre las zonas afectadas y masajeando hasta su absorción. No necesita enjuague.
Conclusión
La piel es el órgano más grande y más visible de nuestro cuerpo, y merece toda nuestra atención y cuidado. Para cuidar nuestra piel adecuadamente, debemos conocer sus características, identificar nuestro tipo de piel y tratarla con los productos adecuados a nuestras necesidades. Los productos de Natura, Belcorp y Avon nos ofrecen soluciones eficaces y respetuosas con nuestra piel para mantenerla limpia, hidratada, protegida.
Ya que sabes ahora cómo identificar tu piel déjame en los comentarios sus ideas sobre este artículo. Dime también cuál es tu tipo de piel y que consejos querías obtener para mejorarla.
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También puedes leer este artículo sobre el cuidado corporal para obtener ideas sobre como guardar tu piel radiante y saludable.
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